miércoles, 19 de diciembre de 2012

10 películas con estilo

Follow my blog with Bloglovin
Casi siempre, las películas se vuelven inmensas fuentes de inspiración en donde actrices imponen su tipo de belleza con un estilo personalizado y acordes al ‘esprit du temps’ del momento en que fueron filmadas.
Los escenarios, el mobiliario y los personajes narran una historia cinematográfica y estilística. Aquí los ejemplos más visibles (y recordados) de todos los tiempos:

Rebeca - Alfred Hitchcock, 1940






















Tal fue su influencia en la moda del momento, que su nombre fue puesto a una prenda; un cardigan como el que la protagonista llevaba en el film. En los 50’en Estados Unidos aparecía en “New Look” de Dior y la chica Hitchcock en las calles y las revistas. 

Casablanca - Michael Curtiz, 1942




















Además de que ‘siempre nos quedará París’, también lo harán los estilismos de Humphrey Bogart quien lucía unos fantásticos trench de Burberry que al día de hoy siguen batiendo récords de ventas.


La Dolce Vita - Federico Fellini, 1960 




























La mujer italiana, exuberante y sofisticada, la ‘buena vida’ de la sociedad burguesa de la época y los iconos romanos, se ven reflejados en este clásico del cine europeo.

El Apartamento - Billy Wilder, 1960





















Nueva York, la vida de los ejecutivos y la estética ‘Mad Men’ protagonizan este film. El inconfundible estilo americano de finales de los 50’ brilla en cada hombre y mujer que aparecen en esta historia. 

Desayuno con Diamantes - Blake Edwards, 1961 




























Audrey Hepburn, vestida de Givenchy, enseña lo que una chica de largos guantes desea. El LBD es la prenda estrella.

La Naranja Mecánica - Stanley Kubrick, 1971


















O cualquier film de Kubrick de la época. Estética futurista, espacial, blanca y perfecta. Las botas de Dr. Martens hacen una aparición estelar.

El Gran Gatsby - Jack Clayton, 1974





















Mia Farrow y Robert Redfod representan lo mejor del estilo newyorkino de la alta sociedad que en ese entonces (y en este también) circundaba el barrio de los Hamptons. Tonos pastel, sombreros y perlas; la vida a puro lujo.

Annie Hall - Woody Allen, 1977




















Nace el estilo masculino chic de la mano de Diane Keaton. Las prendas claves son el chaleco (con camisa y corbata cuando la situación lo amerite), pantalones palazzo, maxi bolsos y sombreros. Ralph Lauren se llevó el mérito.

Blade Runner - Ridley Scott, 1982 



















Góticos y punks encuentran como musa a esta película a puro cuero, tachas y make up digno de Halloween. El undeground y la moda encuentran su punto de encuentro.

Fashdance - Adrian Lyne, 1983


















Corre la década de los 80’, Madonna y Michael Jackson dan un giro en la música pop y en la estética sporty. Las prendas: leggins, mayas, buzos, polainas. Eso si: el pelo debía estar bien batido.






miércoles, 21 de noviembre de 2012

Thanksgiving Day

Afuera el cielo está blanco, hay niebla y hace frío. Adentro, las llamas que enardecen la chimenea cubren con un manto cálido todo el salón.
La reunión gira en torno a una mesa perfectamente decorada: copas de cristal rebosantes de vino, canastos, hojas de otoño, velas, flores y frutas, madera, rojo, bordó, oro y una calabaza. 
En el centro un pavo brillante y exquisito atrae todas las miradas y la salsa de arándanos se escurre por los platos. 
La familia se reúne, charla, comparte, la tradición indica que se debe agradecer la buena cosecha, una oración, un momento. 
La escena tal cual nos lo contaron, como tantas veces hemos visto en películas o en la tan popular Friends, se acerca. Y hoy se celebra también afuera de EEUU y Canadá. Muchos se unen a esta fiesta y la importan a estas tierras como nuestros antepasados han hecho con muchas otras.
Para algunos resulta ser ridículo, para otros una diversión, otros tomaron la tradición como propia, y muchos sólo la observan desde un lugar lejano.
Lo importante es mantener la unión y celebración con o sin pavo, este jueves o el que sea, después de todo, la cena estará servida.

Thanksgiving Day


viernes, 2 de noviembre de 2012

Madrid celebra la moda




Hay quienes ignoran la fantasía de lo efímero, el sueño de lo distintivo y lo creativo de la moda. Hay quienes sólo logran ver la coraza sin distar siquiera entre la cuestión superficial y la que está cargada de arte, belleza e imperfecciones. En el marco de un país en crisis se brindan actualmente cinco grandes exhibiciones con la moda como hilo conductor.
En este post hablaré sobre la muestra que el sociólogo de moda Pedro Mansilla comisarió en el Palacio de Cibeles de Madrid, en pleno eje cardinal de la ciudad, en uno de los lugares más emblemáticos, donde turistas excitados, paseantes despistados y estudiosos de la temática en cuestión convivieron bajo un mismo techo para inspirarse con decenas de fotografías que repasaban lo mejor del diseño español.
La revisión de los diseñadores incluyó además un textual sobre lo que para cada uno de los creadores significaba la moda.
Y ahí estaba lo más interesante de todo: para algunos la moda era un juego, un trabajo lúdico donde poder expresar ideas oníricas, sueños infantiles y una obra entrañable.
Para otros, la moda era un vehículo de ideas que se entiende a través de la sensibilidad de cada uno. Las personas se vuelven intérpretes y la creación se materializa a través de la utilidad y no como algo meramente decorativo.
E incluso había un grupo de diseñadores que tomaban la moda como la expresión de un lenguaje universal.
Es interesante como una misma palabra dispara ideas tan dispares en personas que se dedican a lo mismo, o no; algunos se dedican a jugar, otros a crear obras de arte, otros a hacer catarsis personales, y algunos otros a buscar la funcionalidad de las prendas.
¿Cazadores de tendencias? Los nombres esenciales de la moda española (hasta el 3 de marzo en el espacio cultural del Palacio de Cibeles) es una excusa para pensar la moda desde un ángulo distinto y revalorizarla a través de su rica historia.

Digo que Madrid celebra la moda porque la cantidad/calidad de las muestras dedicadas a esta temática que hoy se presentan en esta ciudad son dignas de una celebración. Y un vistazo porque cada una de ellas sorprenderá hasta al más escéptico. 

miércoles, 31 de octubre de 2012

Sociologie de la mode: ¿por qué seguimos apostando al lujo?


Es sabido que lejos de la frivolidad que supone ser, la moda implica en realidad manifestaciones, formas de expresarse y de diferenciarse en las sociedades del mundo. De lecturas como las que nos ofrecen Gilles Lipovetsky (El imperio de lo efímero,1990) o Roland Barthes (El sistema de la moda y otros escritos, 1967) podemos entender su complejidad, definirla como un sistema que funciona como herramienta para la elaboración de vínculos, que además informa sobre la clase social de pertenencia y sobre el estilo de vida adoptado por el individuo que lo lleva.
Por ello, las elecciones estéticas que realizamos a diario no son fútiles; sino que involucran una ideología personal, se crean con la inconciente finalidad de lograr una cohesión y una identidad definida.
Y con su asentamiento en la sociedad moderna, la moda esfumó los valores tradicionalistas, en pos de un mundo de novedades, que como afirmaba Lipovetsky se dio junto con dos importantes procesos: por una parte la ascensión económica de la burguesía, por otra el desarrollo del Estado moderno, que, juntos, proporcionaron una realidad y una legitimidad a los deseos de promoción social de las clases sometidas al trabajo.
Esto además de proponerla como eje cardinal de las modernas sociedades de consumo, la llevó a la cima de la mecánica industrial de la fabricación y con ello la serialización y masificación de las prendas, que hizo un hoyo en la producción artesanal. Sobre este tema la Teoría Crítica elaborada por la Escuela de Frankfurt tiene casi todo escrito, y podemos revisar sus fundamentos para afirmar que las películas, las series televisivas, las revistas y actualmente también los blogs y las redes sociales constituyen un sistema que determina el consumo y organiza las preferencias del público, creando estereotipos.
Y como se describe en Mundialización de la cultura (Jean-Pierre Warnier, 1999), a diferencia de la producción artesanal, la producción industrial se caracteriza por crear objetos en serie que son idénticos entre sí y esta estandarización de la producción genera una homogenización del consumo.
Hoy en día con el fast fashion de Inditex y Cia. atestando las calles de un mundo que se mide en Tuits o Pines y que actualiza el concepto de lo aspiracional, autores como Horkheimer o Adorno se ven más revalidados que nunca.
Y creo que una buena acepción del lujo la podamos encontrar en la antítesis de todo lo descrito anteriormente; en la mano del ser humano que borda un aplique o que trenza un cuero, en la artesanía que sólo algunas firmas continúan ofreciendo y que se vuelve única, personalizada, con una identidad propia y enormemente deseada, ¿no es eso acaso lo que en el fondo todos queremos?