miércoles, 31 de octubre de 2012

Sociologie de la mode: ¿por qué seguimos apostando al lujo?


Es sabido que lejos de la frivolidad que supone ser, la moda implica en realidad manifestaciones, formas de expresarse y de diferenciarse en las sociedades del mundo. De lecturas como las que nos ofrecen Gilles Lipovetsky (El imperio de lo efímero,1990) o Roland Barthes (El sistema de la moda y otros escritos, 1967) podemos entender su complejidad, definirla como un sistema que funciona como herramienta para la elaboración de vínculos, que además informa sobre la clase social de pertenencia y sobre el estilo de vida adoptado por el individuo que lo lleva.
Por ello, las elecciones estéticas que realizamos a diario no son fútiles; sino que involucran una ideología personal, se crean con la inconciente finalidad de lograr una cohesión y una identidad definida.
Y con su asentamiento en la sociedad moderna, la moda esfumó los valores tradicionalistas, en pos de un mundo de novedades, que como afirmaba Lipovetsky se dio junto con dos importantes procesos: por una parte la ascensión económica de la burguesía, por otra el desarrollo del Estado moderno, que, juntos, proporcionaron una realidad y una legitimidad a los deseos de promoción social de las clases sometidas al trabajo.
Esto además de proponerla como eje cardinal de las modernas sociedades de consumo, la llevó a la cima de la mecánica industrial de la fabricación y con ello la serialización y masificación de las prendas, que hizo un hoyo en la producción artesanal. Sobre este tema la Teoría Crítica elaborada por la Escuela de Frankfurt tiene casi todo escrito, y podemos revisar sus fundamentos para afirmar que las películas, las series televisivas, las revistas y actualmente también los blogs y las redes sociales constituyen un sistema que determina el consumo y organiza las preferencias del público, creando estereotipos.
Y como se describe en Mundialización de la cultura (Jean-Pierre Warnier, 1999), a diferencia de la producción artesanal, la producción industrial se caracteriza por crear objetos en serie que son idénticos entre sí y esta estandarización de la producción genera una homogenización del consumo.
Hoy en día con el fast fashion de Inditex y Cia. atestando las calles de un mundo que se mide en Tuits o Pines y que actualiza el concepto de lo aspiracional, autores como Horkheimer o Adorno se ven más revalidados que nunca.
Y creo que una buena acepción del lujo la podamos encontrar en la antítesis de todo lo descrito anteriormente; en la mano del ser humano que borda un aplique o que trenza un cuero, en la artesanía que sólo algunas firmas continúan ofreciendo y que se vuelve única, personalizada, con una identidad propia y enormemente deseada, ¿no es eso acaso lo que en el fondo todos queremos?

martes, 9 de octubre de 2012

Vientos del Este

La scandi-girl se destaca por un estilo ecléctico, de belleza alpina y prendas nórdicas que se superponen en estampas y texturas. Sweaters con ciervos, pieles, gorros de punto grueso y cachetes sonrosados sobre una piel pálida y cuidada.

Scandi-girl


Dandy Girl

Sin el Old Fashion ni el habano, el estilo masculino se cuela en el guardarropas de invierno. Blazer, chaleco y mocasines son los obligados. El toque femenino está en los detalles: piel de animal print en los accesorios, joyas delicadas, cuello desmontable con apliques y un perfume de estela oriental.

Dandy Girl


Rock 'n' chic

¿Lista para subir a la moto? La biker de cuero se combina con jean, falda larga o vestidito. Los botines con tachas, una muñequera a puro rock y tu pelo al viento harán el resto.



Rock 'n' chic


viernes, 5 de octubre de 2012

Bye-bye american dream

Aunque esté feliz de que mi vuelo de New York me haya traído hasta Madrid y no de vuelta a casa. Aunque aterrizar en Barajas es una de las cosas más placenteras que existe en el planeta Tierra, aunque me encante esta ciudad y su gente, lo cierto es que Madrid se encuentra frente a una actitud clara: si hay crisis, que no se note.
Y no es un dato menor que en el contexto de crisis en el que se encuentra sumergido gran parte de Europa se haya divulgado en estos días que el Grupo Inditex (Zara, Bershka, Pull & Bear, etc.) ha cerrado el primer semestre del 2012 con unas ventas netas de 7.239 millones de euros, lo que implica un 17 % más de ventas que en el mismo periodo del año anterior. Durante este periodo, el beneficio neto del grupo logró ascender hasta 944 millones de euros, ¿nada mal, no?
Las madrileñas siguen copando los bares, restaurantes de moda y cafeterías - siempre con bolsas - y el Corte Inglés está plagado de gente a toda hora.
Aún no tengo muy claro cuál es la profundidad de esta crisis, pero lo que puedo dar fe con seguridad es que el consumo, las sonrisas, y por supuesto, el estilo, aún siguen vigentes en toda la ciudad.